Y vuelvo a estar mas loco que de atar,
dibujo corazones después de echar mi aliento en los cristales de tu voz,
y vuelvo a respirar tu aire
y mis pulmones se llenan de la vida que me quitas al andar
en otras direcciones de las que sigo yo.
Me aplasta la hermosura de los cuerpos perfectos, las sirenas que ululan en las noches de fiesta, los códigos de barras, el baile de etiquetas. Me arruinan las prisas y las faltas de estilo, el paso obligatorio, las tardes de domingo y hasta la línea recta. Me enervan los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera. Me cansa tanto tráfico y tanto sinsentido, parado frente al mar mientras el mundo gira.
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