¿Quién dijo que no se podían tocar las nubes con las manos, sentarse en ellas, inundarse del olor del cielo, ver el mundo desde arriba, tan pequeñito e insignificante, perderse entre las tormentas o sentir la lluvia más cerca que nunca? Porque a mi, tú me haces llegar al cielo, y no solo tocarlo con la punta de los dedos, si no abrazarlo y quedármelo todo para mi:)
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